Nací en Madrid una madrugada de octubre de 1985. Si, soy de esas que le hicieron a su madre ir en plena noche al hospital, lo siento mamá.
Cuando era pequeña descubrí la que quería que fuese mi profesión del futuro: “ser como la abuela”. Yo veía a mi abuela feliz, adorable, risueña, que no trabajaba y estaba en casa conmigo y yo pensaba, yo quiero ser eso, lo tengo claro y, cuando se lo decía a mi abuela, se reía a carcajadas, me abrazaba y me daba un besico. Ains, que tiempos aquellos.
Pero cuando entendí que no te podías dedicar profesionalmente a ser abuela, que me costó lo suyo, decidí que quería ser pintora y cuando fui más mayor, restauradora de arte. Así que estudié Bellas Artes, deseando que llegara tercero de carrera para empezar a estudiar asignaturas más especializadas en restauración. Pero, y es un pero muy grande, no me gustó, de hecho me decepcionó.
No obstante, en la carrera descubrí la fotografía y el diseño, y me encantaron. Me decanté por la fotografía porque en aquella época, así en tiempos inmemoriales (mira, ya hablo como mi abuela, no si al final…) los profesores de diseño no eran muy allá.
Después de los maravillosos años de la facultad, con sus más y sus menos pero divertidos por igual, seguí con la fotografía e hice un máster de fotoperiodismo en EFTI pero, otra vez este pero, no era lo mío. Me gusta, si, pero no para dedicarme a ello profesionalmente, así que nada, vuelta a empezar.
Volví al diseño e hice dos máster, uno de diseño gráfico offline (de los de papel de toda la vida) y otro de diseño web (hablamos del 2011, dábamos flash… creo que no tengo que decir nada más) y aquí sí, quería dedicarme al diseño gráfico offline.
Todo iba bien, llevo más de seis años y medio trabajando como diseñadora gráfica offline y ahora estoy pasando a digital dos de las revistas que maqueto.
Pero, si amigos, aquí está nuestro pero favorito, por casualidad oí hablar del mundo del UX, donde resulta que se mezclan dos de mis pasiones, la psicología (no os lo he dicho pero es una de mis carreras frustradas, junto con biológicas) y el diseño, así que por curiosidad hago un curso online muy básico pero lo justo para saber que quería más, así que en abril del 2017 realizo el máster de Experiencia de Usuario y Usabilidad de Kschool y boom, ¡me encanta!
Terminado, en octubre del 2017, y a mis 32 años, descubro que de todas las cosas a las que me he querido dedicar (abuela, restauradora, fotógrafa, diseñadora gráfica y ahora diseñadora UX) la Experiencia de Usuario es mi verdadera pasión, lo que me hace sonreír cuando hablo de ello, lo que hace que me brillen los ojillos, lo que hace que me gaste el dinero empapelando mi casa con post its hasta para el menú de las comidas… a lo que sé que voy a dedicarme de aquí hasta que me jubile y más allá.
Desde el 2018 he pasado por varias empresas: Erretres, Garaje de Ideas (trabajando en el equipo de Vodafone) y Secuoyas. Ahora mismo estoy trabajando en el equipo de producto de Griddo, un producto para universidades creado por Secuoyas. Además, desde 2023, doy clases de Figma y Sistemas de Diseño en el máster de UX de Kschool.